Cuando el esfuerzo vale recuperar un Club
Un grupo de Voley que entrena Alejandro Vanden Daele realizó un gran esfuerzo para tener su espacio en Boca Juniors.
Alejandro Vanden Daele es un apasionado del voley. Es uno de los abanderados en cuanto a tratar de mantener la práctica masculina de la disciplina en Rafaela, pero a la vez apoya su difusión y entrenamiento en la mayor cantidad de clubes posible, tratando de mantener viva la llama en todos los niveles, como el maxi voley femenino.
Con su grupo en menos de dos años ayudaron sustancialmente para la transformación del Club Boca Juniors, permitiendo que esta entidad pudiera no solamente incorporar deporte luego de haber tocado fondo años atrás como varios clubes de barrio, sino mostrar también otra cara en cuanto a infraestructura.
«Nos habíamos quedado sin club después de una serie de situaciones que se habían dado en Estudiantes y Peñarol. Pasaba todos los días por Boca para ir a trabajar, entonces me hice la pregunta que se hacían muchos, ¿y Boca?. Así que un día de febrero de 2019 fui al club y encontré a 2 dirigentes, Marcelo (tesorero) y Andrea Rubiolo (presidenta), que me dieron el visto bueno con el voley», expresó sobre los primeros pasos, recordando a la vez que «mis hermanos habían ido al Jardín que funcionaba allí y por eso somos hinchas de Boca».
Obviamente, hubo que recorrer un largo camino para encontrar apto el espacio que describió. «Sacamos las canchas de bochas, había que tapar un pozo de tierra y empezar con el piso. Pero el pozo tenía 24 cm. por 13 cm., por 70 cm. de profundo. Eso tenía que estar para mediados de 2019, así mientras tanto les propuse entrenar en la cancha de fútbol 5 que no se estaba utilizando. Con todo lo que limpiamos hicimos rebalsar un contenedor».
Sobre los materiales disponibles, nos contó que «teníamos una red que me prestó un amigo y 5 pelotas mías, con eso empezamos a armar el Voley en Boca. Lo primero que armamos fue un quipo de Mami con 6 jugadoras, justas para un equipo, que jugaron el primer torneo en Unión de Sunchales, y se armó el Mini también para poder ser parte de la ARV».
Valoró además que «conformamos un equipo de primera masculina, era muy complicado entrenar porque de los 11 jugadores solo 2 somos de Rafaela, ahí fuimos un poco ambiciosos y nos presentamos a jugar la Interliga».
Todos los equipos de Boca, incluyendo el Mini, entrenaba al aire libre en la cancha de fútbol 5. En ese contexto recordó que «los chicos del Mini se quedaban sin entrenar cuando llovía, pero los más grandes entrenábamos igual con lluvia o frío».
La nueva cancha se fue atrasando por diversos motivos, hasta que la Municipalidad aportó la tierra para rellenar y luego los camiones para transportar el material. Mientras tanto, los aportes ayudaban a mejorar la práctica y el trabajo de los familiares de las jugadoras a tener todos los elementos disponibles. El Senador Alcides Calvo donó 5 pelotas y la primer red, mientras que las camisetas del Mami y del Mini fueron posibles a través de una pollada y de los sponsors: «Gimnasio CURVES, Dai Reyes peluquería, Almacén Sacripanti», mencionó el Profe.
La Directiva del Club aportó el hormigón y la mano de obra para seguir con la cancha, aunque los tiempos no permitieron que la primera masculina pudiera jugar de local «y es lo que más lamento», acotó Ale. Una vez terminado el piso pudieron sumarse el taekwondo y patín como disciplinas, acotando que previamente había boxeo.
El primer torneo de Mami voley fue con 7 equipos en total incluyendo uno de Boca. «Con la recaudación de ese torneo, en el cual nos ayudaron mucho los dirigentes, compramos 5 pelotas nuevas más», acotó Vanden Daele, que también se mostró satisfecho en que «los chicos del Mini pudieron ir a varios encuentros, todo con mucho esfuerzo de los padres».
Sobre los resultados del equipo, manifestó que «las chicas del Mami salieron un par de veces segundas hasta que en un torneo de Atlético lograron el primer puesto. Además, jugaron por primera vez la Liga Santoto, en la cual fueron cuartas».
En estos momentos la Escuelita está parada por la pandemia, ya que los chicos menores de 12 años no tienen permitido entrenar. Por eso en épocas de actividad plena, es importante porque encuentran un espacio para ingresar y hacer deporte.
No obstante, Vanden Daele se muestra orgulloso de lo que se pudo conseguir en tan poco tiempo. «Pudimos darle vida a una institución que estaba en cuanto a instalaciones muy deteriorada. Hicimos que la gente hable del Voley y de Boca, con proyectos de seguir trabajando por el Club y este deporte. Miguel (uno de los dirigentes) me dijo que están por recibir dinero para hacer baños nuevos y vestuarios. Así que estamos esperando que esto pase y retomar, como todos», finalizó satisfecho y esperanzado.
NOTA: este texto fue publicado originalmente en la edición impresa del número 89 de Revista Todo a Pulmón, octubre de 2020.