El fallecimiento de «Chita» Benitez, un gran deportista que tuvo Rafaela

Fue parte de una generación exitosa del boxeo rafaelino y sin dudas uno de los deportistas más trascendentes que tuvo Rafaela el siglo pasado. En la madrugada de este lunes falleció Rafael «Chita» Benitez, a los 70 años.

Nacido en Tartagal, fue campeón salteño mosca, gallo y pluma; luego siguió su trayectoria en Tucumán y se afianzó en los primeros planos en Rafaela, donde desarrolló 15 de sus 59 peleas como profesional. Su récord quedó marcado como uno de los mejores de la historia del pugilismo de la ciudad, con solo 3 derrotas y 5 empates, y con más de 30 triunfos por nocaut. Cabe acotar que como amateur realizó 82 peleas y quedó invicto.

El 25 de octubre de 2014, el Club Ciclista de Rafaela le realizó un reconocimiento a su trayectoria, ya que en su familia hay integrantes que practican ciclismo. Días antes de ese acontecimiento, nos había contado parte de su historia:

En ese entonces,, recordó que llegó a Rafaela «por el contacto de ‘Meco’ Machado, una persona que vendía alhajas y que me había visto combatir en Tucumán. Luego yo vine a pelear a Rafaela en Ben Hur y como les agradó mi personalidad, los dirigentes -entre ellos José Corrales- y Alfredo Charra me propusieron quedarme. Llegamos a un acuerdo, donde tenía que pelear dos veces por mes, aunque en Tucumán no me querían dejar venir porque allá era muy taquillero».
De aquellos finales de la década del ’60, Benítez rememoró que «influyó también para venir a Rafaela que sentía que estaba más cerca del Luna Park. Me encontraba quinto en el ranking y se daba en un momento donde no había profesionales en la ciudad, a tal punto que yo hice pasarlos a ese ámbito a Raúl Pérez, Oscar Echaniz, Pedro Torres y Cañete».
La proyección de Benítez lo hizo combatir dos veces en el Luna Park. «Me llevó el intendente Muriel (Rodolfo), una pelea recuerdo que fue un miércoles ante 7.000 personas (en esa época había dos veladas por semana), donde le gané por puntos a Luis Romo. En la otra ocasión perdí por descalificación contra Smecca, en un error del árbitro».
La revancha con Smeca llegó en noviembre de 1968 por el título argentino en una abarrotada Sociedad Rural de nuestra ciudad. «Hubo que abrir los portones para que la gente que estaba afuera pudiera ver algo», recordó sobre el combate que ganó por puntos.

Era el momento soñado por «Chita», que a los dos meses de esa contienda fue a Córdoba para enfrentar otra vez a Romo, aunque sin poner en juego la corona. Lo tiró tres veces a la lona, pero sin embargo le dieron por perdida la pelea. Y para Benítez la explicación estuvo en lo sucedido la mañana previa, tras el pesaje: «un médico militar me pidió que me tape el ojo derecho y le diga cuántos dedos tenía en la mano que había levantado. Le dije ‘tres’, y me respondió que ‘ni siquiera había levantado la mano’ Todavía hoy me lamento por qué me saqué los anteojos oscuros que llevaba».
El boxeador ya no pudo ocultar el desprendimiento de retina que había tenido a los 10 años y que no fue impedimento para realizar una gran carrera pugilística. «Siempre peleaba viendo con un solo ojo. Ni siquiera mi manager lo sabía… pero ahí se cortó todo, me quitaron la licencia», recordó, sin tener tampoco la chance de una operación como se dio en tantos casos de este deporte.
A comienzos de 1969 se cortó abruptamente una carrera exitosa. Posteriormente se volcó al arbitraje del boxeo, siendo árbitro nacional e internacional.

Desde esta página, nuestras condolencias para su familia.