Otros

Los futbolistas y los deportistas

(Columna de opinión)- Dentro del caos que vive el fútbol argentino, en los últimos días fueron noticia muchas situaciones que pasaron sin escalas del ridículo a la vergüenza. Desde todos los problemas de AFA que se conocen, pasando por la renuncia de Messi hasta la de Martino, al extremo de poner en serias dudas la posibilidad de que Argentina pueda presentar su representativo en Río 2016.

En esta nota de opinión vamos a detenernos en un aspecto puntual que no generó demasiado debate. ¿Porqué los jugadores a los cuales se les niega la posibilidad de ser cedidos a la selección, por decisión de los clubes que son dueños de sus pases, no hacen un poco de fuerza por estar en un Juego Olímpico?, independientemente de los contratos.

No se pretende generalizar, pero seguramente una amplia mayoría no tiene ni idea de los esfuerzos que para un deportista de disciplinas amateurs o mucho menos difundidas que «el más popular de los deportes», significa llegar a ser olímpico.

Pero tratando de comprender el porqué no intentan torcer esa realidad, llegamos a la conclusión que estos pueden ser algunos motivos, haciendo un contraste entre la realidad de unos y otros en nuestro país.

1) Para el futbolista lo más importante que quiere jugar es un Mundial.

Para los deportistas de casi todas las demás disciplinas lo máximo es un Juego Olímpico.

2) Un futbolista de primera división de primer contrato (21 años, pero que puede ser antes si ya jugó una determinada cantidad de partidos), que no necesariamente sea de los denominados grandes, por ley gana 12.700 pesos de acuerdo a la última actualización publicada por Futbolistas Argentinos Agremiados de julio de 2015. Pero esa cifra puede incrementarse por premios.

Un deportista de alto rendimiento de las demás disciplinas accede recién a becas de cierta relevancia a partir de logros a nivel mundial u olímpico. En el rango que se denomina proyección el monto es de 18.000 pesos, para quienes hayan logrado un diploma olímpico o sean medallistas mundiales. La beca a la excelencia para medallistas olímpicos o campeones mundiales está premiada con un 50 por ciento de aumento. Estas cifras fueron publicadas por el ENARD para 2016, quedando claro que las becas de nivel panamericano o sudamericano son bastante menores.

3) Un futbolista entrena como máximo, exceptuando los períodos de pretemporada, 3 horas diarias. Puede ser 4 con un doble turno.

Un deportista de alto rendimiento, sobre todo en disciplinas individuales, supera ese tiempo de entrenamiento.

4) Un futbolista cuando empieza a trascender, recibe propuestas de sponsors.

Un deportista de alto rendimiento necesita ser campeón mundial u olímpico para que se le acerquen los sponsors. Si no posee esos logros, debe salir a buscar auspiciantes.

5) Un futbolista, aún siendo muy chico y sin ser necesariamente un gran talento, puede tener muchas oportunidades de aparecer en los medios.

Un chico que practica deportes menos reconocidos tiene que ser muy bueno para tener un espacio destacado, sobre todo en un medio nacional.

6) Los futbolistas, ya desde categorías juveniles en los clubes de primera división, tienen representantes que le cumplen casi todos sus deseos, empezando por comprarle los botines de moda.

Los jóvenes deportistas, aún siendo destacados, en muchos casos deben seguir costeándose las zapatillas, indumentaria de entrenamiento, suplementos alimentarios y hasta implementos.

Seguramente hay otras diferencias importantes y no es una crítica hacia los futbolistas. En todo caso al sistema, que funciona así, haciendo que unos vivan una realidad y muchos otra totalmente diferente cuando debiera estar de por medio solo el interés común de ganar una medalla, y si es de oro, disfrutar el placer indescriptible de escuchar el himno en el podio.

Darío Gutiérrez