Lucía Romano, pasión inagotable y sacrificio constante para seguir vigente

En el torneo de Damas de la Zona Rafaela de la FOSH se pueden ver, cada domingo en los partidos de primera división, jugadoras adolescentes que están dando sus primeros pasos, otras que tienen algunos años en este nivel con continuidad, y también algunas más grandes, que mantienen una vigencia importante más allá de lo que muestra el DNI en base al sacrificio, la pasión por este deporte y su capacidad.
Lucía Romano, jugadora de 9 de Julio, a los 35 demuestra que se puede seguir estando a la altura de las circunstancias si uno se lo propone. Si bien hubo una interrupción de unas temporadas en el medio, lleva 32 años practicando este deporte y 14 jugando en primera división. Por eso le pedimos que nos cuente su historia con el palo y la bocha:
«Me vine a vivir a Rafaela a los 3 años, somos 6 hermanos y mi mamá llevó a mis tres hermanos varones a jugar al rugby al CRAR. Cuando llegó al Club vio que también había hockey en el club, habló con el entrenador que en ese momento estaba Champy (Dominino)… porque éramos muy chicas y dijo que si… ahí empezó todo».
Luego llegaría un cambio, siguiendo al DT, como se repetiría en el futuro.

«A los 9 años Champy se va a Atlético y lo seguimos. Entrenábamos en el playón del pádel . A los 14 años me fui a vivir a Susana, jugué un tiempo pero después se me hacía imposible ir a entrenar..Dejé de jugar por unos años, a los 21 volví a Atlético y ahí debuté en primera contra Estudiantes en Paraná, en el torneo de la Asociación Santafesina, y Champy seguía como entrenador «, relató sobre esa etapa.
Agregó luego que «jugué en Atlético hasta la mitad del año 2017 y la otra mitad del año jugué en San Francisco para 9 de Septiembre ..y en el 2018 empecé en 9 de julio de Rafaela».

LA CONSTANCIA EN EL ENTRENAMIENTO

Lucía reconoce que «es verdad que a los 35 no es lo mismo que a los 15, pero también es cierto que la madurez lleva a tomarse las cosas más en serio. En mi caso siempre hice dos deportes cuando era chica, el otro era gimnasia artística. Ahora hace dos años que voy al gimnasio todos los días y hockey cuatro veces por semana. A mi edad necesito la mayor cantidad de entrenamientos posibles para estar a la altura de las compañeras más jóvenes».
Consultada sobre si nota que se le hacen más duros los partidos o entrenamientos, mencionó que «Y si, se me hace más duro en los partidos pero es algo que me apasiona. Ahí me doy cuánta del sacrificio en la semana, de que casi todos los días hago doble turno».

Con el paso del tiempo su posición en la cancha fue cambiando, bajando a posiciones defensivas, «por necesidades del entrenador o funcionamiento del equipo».

LAS SATISFACCIONES

Sobre los momentos deportivos más felices en lo personal, valoró que «mis grandes alegrías en este deporte es jugar con amigas, compartir la misma pasión…Jugar 3 Nacionales..Y hoy en día ser referente de las más chicas, me encanta jugar con ellas, hay nenas que no jugaron en su vida en pasto y tienen el sintético muy incorporado. Siempre estoy dispuesta a aprender de ellas y yo transmitirle a ellas la experiencia».
Finalmente, ante cómo le gustaría seguir manteniendo su relación con el hockey en el futuro, contestó que «me gustaría seguir jugando pero ya con menos compromiso, no me veo como entrenadora, y en Mamis es muy difícil porque para ser una ex jugadora y jugar tenés que esperar 10 años sin participar en ningún torneo».