En Almagro, una gran familia

Claudio Demonte, y su esposa Andrea, son los instructores de la disciplina priorizando “la formación del ser humano”.

El Taekwondo es una de las artes marciales más practicadas en nuestra ciudad y en el Club Almagro tiene un espacio. Particularmente, podríamos afirmar que es una tradición familiar en la entidad de calle Garibaldi, ya que Claudio Demonte y su esposa Andrea Esborraz tienen a su cargo la enseñanza, mientras que Julia (hija y tercer dan alumna de Víctor Mercante), fue campeona argentina de tules hace unos años representando al Club.

«Soy Sabum nim Claudio Demonte, Instructor internacional de Taekwondo ITF Original y Oficial, y somos junto con mi Esposa, Bu Sabum nim Andrea Esborraz, los instructores del Club Atlético Almagro. Tengo la graduación de 4to Dan (Sabum nim) y Andrea es 3er Dan (Bu Sabum nim), pertenecemos a la escuela ZEN-DO liderada por Master Víctor Mercante 7mo Dan y con más de 30 años de enseñanza en Rafaela», nos contó en su introducción, aclarándonos que “Sabum nim” define las graduaciones de 4to a 6to Dan y significa Instructor, y que “Bu Sabum nim” define las graduaciones de 1er a 3er Dan y significa Ayudante de Instructor.

«Nosotros somos todos practicantes. Lo mas importante para mi es la formación del ser humano, el entrenamiento es una yapa de todo lo que se aprende en el camino del Taekwondo, nosotros apuntamos a formar mejores personas para una sociedad que hoy necesita de valores», destacó Claudio.

Sobre el tiempo que tiene relacionado con la enseñanza y en la institución, expresó que «llevo 13 años de enseñanza, pero en el club Almagro hace 10 años que soy instructor, y a partir del año 2013, cuando dio su examen de 1er Dan, comenzó Andrea a enseñar junto a mi».

Consultado sobre si en estos dos últimos años, con las dificultades en pandemia para entrenar, hubo una merma o se mantuvo la asistencia de practicantes, respondió que «debido a las dificultades que generó la pandemia hubo que recurrir a herramientas alternativas para poder seguir la instrucción y mantener el contacto. A través de las aplicaciones que nos permiten el encuentro virtual se pudo seguir unido.

«Con respecto a si hubo una merma en el número de alumnos te comento que tuvimos muy poca, casi nada. Esto es porque, desde mi punto de vista que me lo dio más de 25 años de práctica,  el Taekwon-Do u otro Arte Marcial tradicional, como el “DO” (que significa camino) lo indica, es transitar por la senda para lograr el aprendizaje y la formación del individuo en ámbito del TKD, por lo que El que inicia este camino lo continúa».

En cuanto a la última competencia desarrollada y las expectativas de retomarlas, mencionó que «El último torneo oficial que recuerde fue desarrollado acá en Rafaela y precisamente el club Almagro en 2019. Se están empezando a programar torneos oficiales más cerca de fin de año y además se prevén encuentros amistosos con los integrantes de las escuelas pertenecientes a ZEN-DO».

Le consultamos sobre los objetivos que plantean con sus grupos, a lo que contestó que «nuestros objetivos planteados como escuela es tratar de contribuir en la formación de las personas basados en los principios del Taekwon-Do. Los principios son: Integridad, Cortesía, Perseverancia, Espíritu Indomable y Autocontrol.

La escuela cuenta con alumnos avanzados, ya con graduaciones de Danes (cintos negros), alumnos próximos a rendir su 1er Dan, graduaciones intermedias y varios que comenzaron a hacer crecer la escuela, próximos su primer graduación a través de los exámenes».

NOTA: este texto fue publicado en la edición impresa del número 98 de Revista Todo a Pulmón, agosto 2021.