Susana, la que tiene su estadio

Juventud es un Club sinónimo de bochas en nuestra ciudad. Susana Bassi lo preside en su segundo ciclo y el estadio con las canchas sintéticas lleva su nombre.

Si antes de la pandemia el esfuerzo que realizaban los dirigentes de los clubes de barrio en Rafaela era tremendo, luego de mediados de marzo es titánico. Sin la posibilidad de tener competencia deportiva, en varios casos se ha notado el desinterés por entrenar. Entonces, con menos deportistas, y la prohibición de realizar cenas o eventos benéficos, los ingresos se han restringido a lo mínimo.

Si esto lo trasladamos a un Club casi exclusivamente de bochas, podemos afirmar que podría correr riesgo de ser terminal. Salvo que existan personas que dan todo, y más, por mantenerlo a flote como se pueda. Es el caso de Susana Bassi con su querido Juventud.

«Antes de la pandemia practicaban 20 jugadores, 11 niños, 4 o 5 damas. Luego de la pandemia es un desastre, van entre 6 y 8 como mucho , 4 jugadores, damas ninguna, niños ninguno. Nadie puede venir», nos describe el panorama esta luchadora del deporte, que tiene vigente su credencial de jugadora y es la entrenadora en la Escuelita.

Susana tiene 67 años y nos cuenta que se cuida porque es persona de riesgo, con diabetes, y una molesta artrosis, reconociendo con una sonrisa que «camino media torcida». En su familia tratan de convencerla, con las mejores intenciones, que vaya dando un paso al costado en esta faceta dirigencial. Quizás lo haga cuando termine de concretar los proyectos en marcha, porque aún en estos tiempos complicados, existen.

«Ahora cerramos el club porque se está preparando todo para la terminacion de la cancha 3 que es sintética (como las otras dos, inauguradas hace un par de años), cuesta mucha plata eso. Mucho sacrificio, muchas polladas, muchas rifas», expresó sobre ese objetivo.

Entre las complicaciones, porque «en el club es poca la gente que se compromete a colaborar», está aliviada en el sentido que «gracias a los subsidios de la Municipalidad, COASMUDE, de la provincia, hacen que realmente tenga fuerzas para seguir. Entré en el año 2016 , por segunda vez como presidente. Ya habia estado del ’97 al 2003 también, lo agarré fundido esa vez, y en esta oportunidad me hice cargo a dos meses que lo intervengan por parte de la provincia, que lo cierren. Hoy tenemos personería jurídica al día, personería deportiva, contaduría en orden. Somos pocos en la Comisión, pero entre todos lo vamos a sacar adelante».

Se dice que los reconocimientos deben realizarse en vida. Y afortunadamente Juventud lo ha hecho con Susana. “En 2016 mis compañeros de Comisión, viendo que soy una persona mayor y todo lo que había hecho para conseguir lo que se hizo, decidieron poner mi nombre. Marcelo Montón donó el cartel y allí expresé el agradecimiento”, recuerda sobre esta gran satisfacción, que es mucho más grande que alguna desazón circunstancial, como cuando en 2003 le dijeron que no querían mujeres en la conducción del Club y tuvo que alejarse momentáneamente.

El presente la tiene preocupada en parte porque «lamentablemente no podemos alquilar el fútbol 5, que sería un lindo ingreso, porque no hay fútbol 5». Pero su sueño está a punto de concretarse. «Cuando entré me comprometí a terminar las tres canchas sintéticas y lo estoy logrando. La Secretaría la quería terminada, Alcides Calvo me había regalado a principios del año pasado una computadora y una impresora; y se le hizo el cielorraso. Está hermosa».

Agregó que «ahora a fin de mes vienen a hacer la última cancha, la 3, y luego se va a realizar la inauguración del estadio. Esperemos que se pueda hacer una cena para recaudar fondos. Igualmente, como soy nacida y criada en Rafaela, la gente me ayuda porque sabe que lo hago todo para chicos y grandes».

NOTA: este texto fue publicado en la edición impresa de Revista Todo a Pulmón número 90, correspondiente a noviembre 2020.