Se cumplen 40 años del gran partido de Chocolate Raffaelli: 36 puntos a Brasil y clasificación a los Juegos Olímpicos

Una de las páginas más gloriosas del básquet Argentino se escribieron en abril de 1980, cuando el seleccionado argentino logró la clasificación para los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 (lo cual no lograba desde Helsinki 1952) y luego por la decisión política del Gobierno Militar, lo cual generó un profundo malestar, el deporte argentino no asistió para adherirse al Boicot impuesto por Estados Unidos a la Unión Soviética por la invasión a Afganistán.
El punto cúlmine de esa gran gesta fue la actuación del rafaelino Carlos Raffaelli el 24 de abril de hace 40 años, cuando en el torneo clasificatorio jugado en San Juan de Puerto Rico, Argentina le ganó a Brasil por 118 a 98, una de las victorias más resonantes en el historial, y «Chocolate» fue la gran figura con 36 puntos.
«Creo que fue el mejor partido de mi carrera con la selección. Por lo que significaba el partido sobre todo. El festejo fue impresionante», reconoció hace pocos días «Choco» en una nota con el sitio Basquetplus.com.
Argentina venció a un equipo que mostraba como estrellas a Fausto (base), Carioquinha (ayuda), Marquinhos (pivote), Gilson (alero), Marcel (alero) y Oscar Schmidt (alero o ala pivote).
En una nota del periodista Alejandro Fabbri en 442.perfil.com, recordaba que «el torneo Preolímpico de Básquetbol llegaba a su fin con la séptima jornada y la Argentina conseguía una histórica clasificación para disputar los Juegos Olímpicos de Moscú. El último partido, con una celebrada victoria por 86-75 ante Cuba (después de 13 años sin poder vencerlos) permitió alcanzar el tercer lugar y marginar a los propios cubanos, México, Uruguay y al cuco de aquellos años, Brasil, que había llegado tercero en el mundial de 1978.
«Vale la pena recordar lo que pudo significar para ese grupo de jugadores que tenían talento y coraje en dosis parecidas: Eduardo Cadillac, Miguel Cortijo, Carlos Raffaelli, Carlos Romano, Jorge Martín, Adolfo Perazzo, Luis González, Carlos González, Gustavo Aguirre, José Luis Pagella más los juveniles Gabriel Milovich y Mauricio Musso, fueron la docena de hombres que lograron un objetivo deseado y esperado, porque la Argentina llevaba 28 años sin llegar al básquet olímpico. La anterior participación había sido en Helsinki, Finlandia, durante 1952».
En el recorrido por el torneo, hubo debut y derrota previsible ante el local Puerto Rico (fue 99-93), para luego vencer a México por 104-79 y volver a perder, ante Canadá por 89-86. Como los tres primeros lograrían el pasaporte a Moscú, se le pudo ganar a Uruguay sin problemas (97-86) y debía definirse la clasificación ante Brasil, el jueves 24 de abril en San Juan de Puerto Rico. Con Miguel Ángel Ripullone en el puesto de entrenador y el asesoramiento personal del serbio Ranko Zeravika, la Argentina planeó un partido especial.
«Por aquellos años no existía la línea de triples. Argentina arrasó a Brasil por 118-98, a partir de un formidable despliegue defensivo, una ventaja indescontable en la lucha por los rebotes, atrapados en su mayoría por el Gurí Perazzo, Gustavo Aguirre y el lungo Luis González, aquel “plumero” de 2.12m que brillaba en el Ferro de León Najnudel. La conducción maestra del Tola Cadillac en el juego y su habilidad para hacerle un caño a un desesperado Carioquinha en medio del lance, mostraron quién era el más guapo y el mejor. El público boricua había asistido al Coliseo Roberto Clemente a presenciar un clásico sudamericano con claro favoritismo brasileño, pero fue cambiando de parecer y se hizo hincha argentino. El principal responsable fue Carlos Chocolate Raffaelli, autor de 36 puntos, certero encestador de cuanta pelota andaba cerca suyo. Y los 23 puntos de José Luis Pagella, inquieto y valiente en cada balón que había que disputar», recordó la publicación de esa feliz noche.
Después de la corta pero ruidosa celebración, había que ganarle a Cuba: al otro día, la Argentina no defraudó, fue 86-75. La clasificación quedó en el bolsillo, junto con boricuas y canadienses.

Carlos Raffaelli en sus mejores épocas como jugador.
Carlos Raffaelli en sus mejores épocas como jugador.

EL BOICOT LO DEJO TRUNCO
Sin embargo, tras el anuncio de los Estados Unidos de iniciar un boicot a la Unión Soviética por la invasión a Afganistán, se dio lo peor: el 8 de mayo, la Cancillería argentina recomendó a los deportistas de nuestro país no asistir a Moscú ’80 para no quedar como adheridos a la invasión soviética a Afganistán. El Coronel Antonio Rodríguez, presidente del Comité Olímpico Argentino, avaló la decisión y el básquetbol se quedó sin viajar. Brasil y Cuba reemplazaron a boricuas, canadienses y argentinos.
Por su parte, Raffaelli recordó en estos días: «Antes del Preolímpico se comentaba que podía pasar, porque Estados Unidos ya había avisado que iba a boicotear los Juegos. La CABB estaba intervenida por un militar en la presidencia, que era Campodónico. Fue una gran bronca la que sentí en ese momento, pero la verdad es que cuando sos jugador pensás que esa etapa no va a terminar nunca y que siempre vas a tener una chance para ir. Yo tenía 25 años. Me parecía que a lo mejor podíamos ir al siguiente. No fue así».
Con los años, quedará escrito como antecedente muy valioso de la Generación Dorada y de todo lo que vendrá.