Nicolás Capogrosso, el que cambió el arco de fútbol por el voley

El beach volley argentino asiste por primera vez en ambas ramas a los Juegos Olímpicos. En este acontecimiento histórico que vivirá la disciplina en Tokio 2020, uno de los protagonistas tiene una particular historia, de las numerosas que demuestran que una frustración de chico haciendo un deporte puede derivar en un sueño hermoso a futuro.
“Era un gran atajador de penales. Tenía la técnica de amagar para un lado y salir para el otro. Me salía muy bien. No sé si hubiera llegado al nivel que llegué con el vóley, pero era bastante bueno”, aseguró entre risas el rosarino Nicolás Copogrosso, al sitio Infobae, antes de saltar a la cancha del Parque Shiokaze para enfrentar a Brasil.
Nicolás Capogrosso hará su presentación en la cita internacional junto a Julián Amado Azaad en el duelo frente a la dupla brasileña compuesta por Alison Cerutti y Morais Filho.
El talento, la altura y la personalidad confeccionaban un combo ideal para el éxito, pero una mala jugada de la dirigencia que encabezaba el presidente Eduardo López cambió el destino del deportista. «Un día vino un directivo a mi casa para pedirme 350 dólares mensuales para que Nicolás siguiera jugando en Newell´s», reveló su padre con la indignación que le provoca el recuerdo.
«Después del Pato Fillol, tu hijo es el mejor arquero que vi en la vida. Tiene un futuro bárbaro, pero como no están bien las cosas en el club tenés que pagar», fueron las palabras del dirigente que hicieron reaccionar a los familiares de Capogrosso. «Mi señora lo sacó a los empujones de mi oficina. Al otro día fuimos a buscar el pase a Newell´s y no querían dárnoslo. Al tiempo nos vinieron a buscar de Tiro Federal, Rosario Central, Colón y Estudiantes de La Plata, pero Nico ya había tomado una decisión», continuó Néstor. «Newell´s estaba en un momento muy malo. El club estaba mal manejado con gente que tenía unos manejes extraños. Me decidí por el vóley y todo lo que vino después fue grandioso. Tanto en Indoor como en el beach», argumentó Nicolás.
El pedido de los 350 dólares mensuales fue uno de los tantos casos de corrupción que atentan contra la pasión popular. “Eso fue lo que me hizo dejar el fútbol. Es un deporte que está sucio por esas cosas. Hay una contaminación que perjudica la esencia del propio deporte”, analizó.
Hoy su realidad es otra. Junto a Julián Azaad tendrá su debut olímpico frente a Brasil por el Grupo D, que también integran Estados Unidos y Países Bajos.

Fuente: infobae.com