Al agua sin permiso y emocionado

«No saben la felicidad que tengo por volver a entrenar, perdón. Es impresionante. Esto es salud gente, por favor, tengan sentido común. No puedo más». Ariel Suárez lloró. Mucho.
El remero cumplió con lo que había prometido («el lunes pongo el bote en el agua y que me vengan a buscar»). Y terminó quebrado de emoción, tratando de contener las lágrimas, y pidiendo que su deporte reciba la autorización oficial para el regreso a los entrenamientos, luego de un largo parate por la cuarentena. Ariel Suárez, de 40 años y campeón de Juegos Panamericanos en Guadalajara 2011 y en Lima 2019, fue una de las voces del deporte que mostró más fastidio luego de que el Gobierno empezó a habilitar otras disciplinas, como el fútbol. Este lunes volvió al Río Luján, en la provincia de Buenos Aires.

Y apenas pudo pronunciar unas palabras ante las cámaras. A los pocos segundos se disculpó y dijo que quería seguir disfrutando del remo.

Para Suárez, el remo tiene «cero» posibilidades de contagio. «Agarro por mi cuenta el bote, lo pongo en el agua y salgo a remar yo solo. Cero problema, cero contacto», viene explicando: «El protocolo ya fue aprobado por el Ministerio de Salud de la Nación. Si el Municipio de Tigre quisiera habilitarlo, lo puede hacer. Pero dejaron en el freezer el tema».
Fuente: diario Olé.