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Cande Gentinetta completó el cuarto año de medicina a la par de sus logros deportivos

El básquet y la medicina son las dos pasiones de Candela Gentinetta, nacida hace 23 años en Rafaela, actual jugadora de Obras Basket y de la selección argentina campeona Sudamericana.

La ala-pívot surgida en Ben Hur, que tuvo exitosos pasos por Berazaregui, Benfica de Portugal y Aguada de Uruguay, transita exitosamente su carrera universitaria en la UBA donde ya completó el cuarto año. Con dos más por delante y la residencia, está tan bien encaminada en lo académico como en lo deportivo, lo cual es un gran ejemplo para otras jóvenes deportistas, acotando además que su hermana Delfina estudia la misma carrera además de compartir equipo en las Rockeras.

En una entrevista en el sitio oficial de la Liga Femenina de básquet, Cande relacionó los dos motores fundamentales de su día a día.

Aquí repasamos los principales conceptos:

“Vengo de una familia de básquet, de mis viejos y mis tíos, pero no empecé por ellos. Lo hice en el colegio, me gustó y le dije a mi papá que quería jugar al básquet. Al otro día me anotó en el club. Empecé y fui la persona más feliz. Ahí arrancó todo, a los 11 años”, recordó sobre sus inicios en la actividad que la catapultó a las primeras planas de los sitios deportivos. Pero desde antes, incluso, quería ser profesional de la salud: “Mi mamá es médica y de chica siempre me gustó, decía que iba a ser doctora de grande y jugaba con mi hermana. Surgió mi vocación y desde pequeña lo tengo claro y lo quise hacer”.

«Mi familia siempre me dio libertad para todo lo que quise hacer, y en esto no fue la excepción. De chica dije que me gustaba medicina, en el Secundario las ramas que me gustaban era las de salud y estaba entre medicina y nutrición. Después quería nutrición por el tema de que, capaz, era más amena para llevar con el deporte. Pero me decidí por medicina. Mi mamá me decía ‘Cande, te estas metiendo en un quilombo, fíjate, ¿no te gusta otra cosa?’. No. Se planteó como un desafío con el básquet, sobre todo cuando fui creciendo y vinieron los torneos con la selección. Fue como un desafío saber si podía hacer las dos cosas a la vez”.

«Contemplo esta situación y quizás tardo ocho, nueve o diez años en terminar medicina, pero hago las dos cosas que me gustan. No me apuro, porque gracias a Dios soy profesional en lo que hago que es el básquet. Quería hacer algo a futuro, porque lo pienso como un proyecto de vida a largo plazo. Cuando me retire voy a hacer algo que me gusta, voy a tener la profesión que elegí y no la que me convenía. Y acá estoy”.

“Voy mediando. En los momentos con la selección argentina, es básquet; en momentos de exámenes finales, es estudio. Aunque esto último es engañoso porque es el lugar que más cedo. No falto a entrenar por estudiar y ajusto por otro lado. Quizás no duermo la cantidad de horas que sería lo ideal para una deportista o, a veces, si hay doble turno de entrenamientos hago solo uno. No me ausento en lo deportivo porque es mi profesión y eso es ahora. La que más ´paga´ siempre es medicina”. Y agregó: “Una se va poniendo objetivos a corto y largo plazo. El básquet es mi carrera más limitada porque es ahora, en el presente, y no sé hasta cuando la voy a extender. A la vez, no saco el foco de lo que es medicina para mi futuro. Cuando me retire quiero tener esa profesión para ejercer”.

«La UBA tiene una gran magnitud, tiene muchísimos alumnos y medicina ni hablar. El año que yo entré, ingresaron 20.000 alumnos y soy una más. Requirió de moverme mucho para que contemplen mi situación. En 2023 viajé con FEDUA (N. de R: Federación del Deporte Universitario Argentino) a los Juegos Mundiales Universitarios y fue un anclaje tremendo porque me ayudó mucho en la carrera. Tuve reuniones con el rectorado, con el decano y el centro de estudiantes y moví cielo y tierra para no perder una materia por ir a los Juegos Mundiales Universitarios donde, justamente, en la credencial decía ‘UBA Medicina’. Fue muy difícil, pero gracias a los contactos me supieron solucionar muchas cosas”.

«En 2022 perdí el año, en el sentido de que no pude cursar las materias de ese año. Pude hacer algunas que tenían modalidad virtual, pero otras requerían la presencialidad y no las podía hacer. En 2023 decidí volver a la Argentina porque apuesto a hacer las dos cosas y esta carrera no se permite hacerla completamente virtual. Tengo previsto para el 2026 o 2027 estar recibida de médica y retomar mi carrera deportiva en el exterior”.

“Me queda cursar quinto y sexto año para recibirme de médica. Después viene la residencia, que demanda muchas horas con guardias semanales y se me haría más complicado combinar la medicina con el básquet. Ahora hay menos médicos que hacen residencia e igual consiguen trabajo. Me gustaría estar ligada al deporte. Pienso en traumatología o cardiología. También se está abriendo mucho la deportología, pero siento que es como un posgrado, por lo que se necesita una residencia antes. Pero es algo que resolveré más adelante, ahora el objetivo más corto es recibirme”.