A los 66 años, el judo sigue motivando y movilizando a Mirta
La práctica del deporte a cualquier edad es bienvenida por todos los beneficios que genera. Mirta Trossero lo ha hecho durante décadas, en su caso con el judo, una disciplina que en un determinado momento en Rafaela tuvo varios practicantes con unos cuantos éxitos a nivel regional y nacional, pero que con el paso del tiempo se fue diluyendo porque sus instructores no pudieron continuar los proyectos.
Hoy, a los 66 años puede decirse que es la única judoka de Rafaela en actividad oficial. Viene de participar en un Campo de entrenamiento realizado en la Federación Santafesina con sede en Rosario, especial para la división veteranos femenino. Fue una preselección de cara a la posibilidad de competir en el Panamericano previsto en Paraguay.
Su categoría es de 65 a 70 años, hasta 78 kg y nos contó Mirta que «este año fui al Apertura y luego no pude viajar al Nacional que se hizo en Carlos Paz al contraer dengue. El día de la competencia estaba internada, después pude hacer el torneo de cierre, que es obligatorio para poder competir el próximo año».
En Rosario tuvo la posilidad de compartir las actividades con otras participantes de Argentina y Uruguay, inclusive con una judoka clasificada al Mundial. Cabe mencionar que en este deporte, a los 36 años termina la competencia para adultos y se pasa a veteranos.
En su juventud, Mirta compitió para Independiente hasta los 29 años. «Mientras fui soltera, competía, que me gusta mucho. Dos años clasifiqué campeona santafesina y pasé a los nacionales. Después pasan los años y podés ser instructora o dedicarte al arbitraje, luego me casé, tuve hijos, y posteriormente cada tanto acudía a lugares que me invitaban», nos contó sobre esos tiempos tan lindos.
Ahora hace Wushu y gimnasia para adultos para tratar de estar lo mejor posible en la parte física, durante toda la semana, para luego estar mejor preparada cuando son los exámenes en Rosario. Una planificación bien organizada, pero sobre todo una gran constancia y perseverancia que es digna de reconocimiento.
