Un Sudamericano positivo para Argentina
De este modo, Argentina consiguió el segundo puesto en el puntaje de hombres, quedó más abajo en damas (5°) y fue 4° en el puntaje conjunto, detrás de la imbatible potencia regional (Brasil no pierde ninguna categoría desde hace casi medio siglo), Colombia (que recuperó posiciones en la última jornada) y Chile. Este, con el aliciente de la sede de los próximos Juegos Panamericanos de Santiago, también produjo su mejor performance colectiva en largo tiempo.
Como es tradición, el relevo 4×400 marcó la despedida del Campeonato. Y a tono con el nivel y las emociones registradas a lo largo de los tres días, esta carrera lo tuvo todo. La puja por el oro se dio entre brasileños y venezolanos. Al llegar al último relevista -Douglas Hernandes Mendes da Silva por los locales, José Maita por los venezolanos- se mantenía la paridad. En la recta final pareció que Douglas encontraba una luz de ventaja, pero Maita -especialista en 800 metros- no cedió y empujó, llegaron al pecho. Recién el fotofinish marcó la (imperceptible) diferencia para Venezuela, que así se llevó la medalla dorada en 3:04.14, apenas una centésima sobre Brasil.
La Argentina presentaba casi la misma formación que había impresionado en la pasada primavera durante el Sudamericano u23 de Cascavel, cuando arrasaron con anterior récord nacional y marcaron 3:04.39:
Pedro Emmert para el arranque, Bruno De Genaro en el segundo turno… y un cambio en el tercero. Allí -por una lesión lumbar- no pudo correr Matías Falchetti y su puesto fue cubierto por el «ochocientista» Julián Gaviola. Le entregó el testimonio a Larregina luchando por la tercera posición. Y allí el flamante subcampeón de la individual volvió a exhibir su capacidad y entrega para la prueba, se le cronometró un parcial por debajo de 45s, y confirmó la medalla de bronce argentina en 3:05.76, que constituye así el segundo registro del historial de nuestro atletismo.
Fuente: CADA.